¿Cómo Afronta su Embarazo una Instructora de Pilates?

No conozco a nadie que sea realmente bueno en su campo sin sentir verdadera ilusión por lo que hace. Normalmente son personas que más allá de ser buenos profesionales lo que les distingue es la coherencia entre su profesión y su estilo de vida.

¿Imaginas que un médico fumara? ¿O que un fisioterapeuta no realizara ejercicio? ¿O una dietista que desayunara donuts? Ah, que dices que conoces algún caso de éstos… Es verdad, la coherencia no se evalúa en las facultades ni es obligatoria para ejercer. Como te decía, cuando existe esa ilusión por lo que se hace no se puede disimular de la misma manera que el que no la tiene no la puede fingir. Se tiene o no se tiene.

¿Te acuerdas de María José Argandoña?

Foto de María José Argandoña

Pues hoy tengo dos buenas noticias: La primera es que recientemente ha sido madre. Y la segunda es que ha querido compartir con nosotros como ha vivido todo este proceso ¿Y cómo vive su embarazo una especialista en Pilates prenatal y postparto?

Lo Que el Método Pilates Ha Hecho Por mí en mi Embarazo

Hace unos años cuando Manuel me invitó a escribir aquí por primera vez acababa diciendo que esperaba ser madre alguna vez. Pues todo llega, y la vida me ha regalado la posibilidad de vivir la experiencia del embarazo y lo he hecho lo mas intensamente que he podido.

Era el momento de dejarse cuidar y cambiar el rol, me tocaba ser la alumna (muy mala por cierto y si no preguntadle a mi entrenador/marido) y quería experimentar paso a paso todo lo que sabía iba a suceder y lo que nuestro programa lleva trabajando desde hace años.

Primer trimestre

Nada más conocer la noticia, tras la indescriptible alegría empezaron a asomarse los miedos y dudas, también en el entrenamiento, algo que muchas mamás me consultan a menudo ¿Cuándo comenzar a entrenar? Y me dejé llevar por mi instinto, mi experiencia y también los datos que ahí están. Hay estudios que demuestran que una mujer sedentaria tiene más probabilidad de sufrir un aborto que una mujer físicamente activa.

Respecto a nuestras alumnas aclarar que no es recomendable dejar la actividad física si la mujer ya está entrenando y un consejo: No entrenes a una mujer que se siente insegura. Yo prefiero esperar hasta que ella considere que el “peligro” ha pasado y que suele ser entre la semana 11-12 de embarazo. Es una pena haber desperdiciado un tiempo valioso, pero la confianza es clave.

Mi caso, pese a haber sufrido dos abortos previamente, era el de una mujer entrenada sin ningún problema físico, que confiaba plenamente en el entrenamiento que realizaba, así que en las primeras semanas no modifiqué mi rutina. Eso si… me costaba levantarme y madrugar. Los primeros signos del embarazo comenzaban: mayor cansancio y sueño. Así que no olvides esto: las clases de prenatal no se programan a primera hora de la mañana ni de la tarde.

Hasta la semana 12-14 continué entrenando sin apenas modificaciones pues me sentía muy bien y mi cuerpo no había sufrido ningún cambio importante. Y a partir de entonces entré en un grupo de entrenamiento específico junto a otras 3 mamás de mi centro.

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María José haciendo Pilates

Al ser un primer embarazo y tener bien trabajada la faja lumbo-abdominal la barriguita no se empezó a notar hasta la semana 24-25. Ahí ya el cuerpo va cogiendo carrerilla y los cambios son evidentes. Lo primero que noté a nivel lumbar fue como la posición en supino no me resultaba cómoda. A pesar de no haber modificado mi curva aparentemente, entrenar con la espalda reclinada era muy agradecido. Algo que tengo claro es lo mucho que me ha ayudado el entrenamiento en la alineación, ya que se mantuvo correcta prácticamente hasta el final. Me da mucha impotencia ver esas mamás que andan como pingüinos casi seguro por sedentarismo.

Segundo trimestre

En el segundo trimestre pusimos el foco en el fortalecimiento del core y tren inferior lo que creo que garantizó llegar al final del embarazo sin molestias. Según Sabino y Grauer (2008), mas del 80% de las mujeres embarazadas sufren dolor a nivel lumbar. Tenía miedo de padecer lumbalgia o ciática, muy asociadas al embarazo, porque tengo desde hace años dos protusiones y sufro estenosis en la zona lumbar y mi traumatólogo me lo pintaba muy mal. En cambio, y sé que fue gracias al Pilates, no me ha molestado la espalda ni un día.

Tampoco he padecido estreñimiento ni problemas vasculares como varices o hemorroides y es que cuidé mucho mi alimentación además de trabajar ejercicios específicos en mi rutina diaria como la flexión plantar, fortalecimiento de sóleo y posiciones de descongestión de la pelvis.

Tercer trimestre

El último trimestre transcurrió fenomenal, aunque empezaron las molestias a nivel costal debido al aumento de tamaño del bebe y el útero y por tanto mayor presión de los órganos que ascienden hacia el diafragma. Los estiramientos como mermaid y aquellos que implique la flexion lateral y elevación de la caja torácica no pueden faltar en clases de prenatal al final del embarazo. Y si, en alguna ocasión sentía molestia en el pubis, fruto de la inestabilidad en la pelvis por el efecto hormonal y la distensión de ligamentos. Mi profe modificaba todo lo que implicara apoyo monopodal evitando rangos de movimiento amplios en tren inferior (split, squat…).

Y llegó el gran momento

En el momento del nacimiento de mi hijo todo lo que había entrenado, preparado e interiorizado salió solo. La respiración fue vital durante las contracciones- Los balanceos de pelvis y otros movimientos que practicamos a diario en nuestras sesiones eran muy calmantes. Y en el momento final, cuando llegaron los pujos, llegar bien acondicionada y fuerte me hicieron resistir una larga fase de expulsivo permitiendo un parto lo más natural que se pudo.

Si hablamos de la recuperación postparto está siendo muy buena, suelo pélvico recuperado, nada de incontinencia desde el primer dia, sin diastasis y con una faja abdominal competente…sin desprogramar. Aun así estamos entrenando para llevar una crianza lo mas satisfactoria posible, resistiendo las malas posiciones de la lactancia y las horas y horas de flexión cargando a mi pequeño.

Sin duda ahora más que nunca creo en el trabajo que hago, en el programa de prenatal que desarrollamos y todos los beneficios que el entrenamiento tiene sobre la mamá durante y tras el embarazo.

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