Falacias Pilateras (Falsos Mitos)

Seguro que tú también te has vuelto inmersa en esa conversación sobre un tema que te gusta y consideras conocer con alguien que en principio parecía interesante y con quien esperabas poder intercambiar puntos de vista pero que finalmente no acaba bien. Todo parecía correcto y amistoso, hasta que se muestra un punto de vista diferente y esa cordialidad desaparece. Sin estar prevista para ello, el tono va subiendo y lo que pretendías que fuera un simple cambio de pareceres se convierte en una especie de pugna por llevar la razón (o más bien, por demostrar que el otro no la tiene) que te descoloca.

falsos mitos en pilates

En una de éstas me vi envuelto la semana pasada y si te lo cuento es porque el Pilates estaba en medio de la discusión. Alguien me mencionó en un comentario de un tweet en el que se incluía un vídeo de Joseph Pilates. Mi impresión es que se trataba de mostrar una visión de esta actividad como, anticuada o desactualizada utilizando como base ese vídeo, que estaba totalmente fuera de contexto.

Yo solía ser de los que entraba al trapo fácilmente, queriendo siempre hacer valer mi punto de vista. Posiblemente el ir haciéndote mayor te enseña a ser más selectivo con “tus batallas” y lo más importante: saber abandonarlas cuando no hay posibilidad de encontrar puntos de entendimiento. Como dice Juan José Millás un artículo: “Jamás discutas con personas necesitadas de llevar razón. No conduce a nada. Solo a la infelicidad”. Y yo incluiría: y mucho menos si es a través de las redes sociales, ya que el hecho de no tener a la persona enfrente elimina cualquier atisbo de empatía.

Por tratarse de alguien que decía en su “bio” ser “profesor de universidad”, esperaba que estuviera abierto a conocer puntos de vista diferentes o que pudiera aportarme una visión en relación al Pilates que tal vez yo no había considerado. Pero no fue el caso.

A esto se le unió que accidentalmente, estuve escuchando un podcast que hablaba sobre falacias lógicas que me resultó súper interesante porque, una vez que las conoces, son bastante fáciles de detectar y muy habituales en este tipo de discusiones tuiteras. Seguro que tu también las has escuchado e incluso te sorprenderás cuando te des cuenta de que todos en mayor o menor medida las utilizamos.

¿Sabes lo que es una falacia?

La palabra falacia suena fuerte. Que te acusen de falaz puede resultar ofensivo aunque verás que todos, en cierto modo, lo somos en diferentes ocasiones.

Una falacia lógica es un patrón de razonamiento erróneo, o no del todo cierto, con apariencia de explicación acertada. Es engañoso (falaz), pero pretende ser convincente o persuasivo.

Se da una circunstancia y es que en muchas discusiones (sobre todo en internet) no se busca el entendimiento. Normalmente se asume que el de enfrente es un oponente al que se le quiere GANAR. Y si es posible dejar humillado. Argumentar es un proceso difícil y desarrollar un argumento válido supone un proceso laborioso.

Podemos decir que las falacias son pequeñas trampas que utilizamos a la hora de argumentar con el objetivo de llevar razón, lo que no supone que nuestro argumento sea más válido o tenga mayor fundamento que el del otro. Existen decenas de ellas pero yo te voy a contar solo algunas que he escuchado en este tipo de discusiones. Los nombres no dicen mucho, pero los ejemplos creo que ayudan a entenderlos.

Tipos de Falacias

Falacia ad hominem o del hombre de paja

Se basa en que tú comentas algo expresando tu postura y la otra persona no ataca lo que tú has dicho, sino una versión distorsionada de tus palabras o a ti directamente. Ejemplos :

  • “¿Y con esa foto de perfil pretendes que alguien tenga en cuenta tu opinión?” ¿Qué tendrá que ver mi afirmación con mi cara?
  • “¿Qué sabrás tú sobre ejercicio si sólo has hecho un curso de Pilates?” Tal vez haya hecho algo más que un curso de Pilates, pero no estábamos hablando sobre mí, sino sobre ejercicio.

Generalización apresurada

Tomar la parte por el todo o querer trasladar lo que tú conoces a la generalidad. Ejemplo:

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  • “Si en este vídeo de Pilates del año 1930 Pilates hacía así los ejercicios ¿Qué se puede esperar de este método?” Pues como en todos los ámbitos de la vida: evolución. Se toma lo bueno y tratas de adaptarlo en base al conocimiento actual. No copias lo que se hacía en un vídeo del siglo pasado.

Falacia ad baculum o del bastón

Razonamiento en el que para establecer una conclusión o posición no se aportan razones sino que se recurre a la amenaza, a la fuerza o al miedo. Ejemplo:

  • “Tú vete a hacer Pilates pero luego no vengas diciendo que te duele la espalda“.

Falacia del argumento ex populo

Para establecer una conclusión se basa en la opinión de la mayoría:

“La mayoría de las personas del sector consideran que el Pilates es una actividad sobrevalorada, sin fundamento y obsoleta”. Que la mayoría de personas que tú conoces consideren eso, no quiere decir que el Pilates no sea una gran herramienta para muchos entrenadores y fisioterapeutas.

Afirmación del consecuente

La verdad de las premisas no garantiza la verdad de la conclusión: podría ser que las premisas fueran todas verdaderas y la conclusión aun así sea falsa. Ejemplos: 1. Si está nevando, entonces hace frío/ 2. Hace frío/ 3. Por lo tanto, está nevando.

  1. Pilates a principios de 1900 hacia ejercicios que a dia de hoy consideramos potencialmente lesivos.
  2. Tu enseñas Pilates.
  3. Tu desarrollas en tus clases ejercicios lesivos.

Aunque no sólo me he encontrado falacias tratando con personas que criticaban el Pilates con argumentaciones poco validas, también he escuchado a profesionales del Pilates defendiendo o hablando de la propia actividad en base a afirmaciones falaces.

Falacia de la pendiente resbaladiza

Cuando se realiza un cambio o se propone una cierta acción se asume que las consecuencias serán negativas e incluso catastróficas. Ejemplo:

Alguien dice: “Vamos a adaptar este ejercicio, colocando los pies en paralelo.” Y otro afirma: “Empiezan cambiando la posición de los pies, después cambian todos los ejercicios y se acaban cargando el método”. No. Sólo queremos cambiar la posición de los pies.

Falacia ad verecundiam o falacia de autoridad

Una idea es cierta por la persona que la defiende, como si eso le proporcionase una garantía absoluta. Ejemplos:

  • “Pilates es la mejor actividad que hay para la espalda porque lo dice mi médico”. Asumiendo que el médico conoce todas las actividades que hoy en día se imparten y ha colocado Pilates en el primer puesto por encima de las otras.
  • “Mi formación de Pilates es mejor porque me la impartió un profesor de 2ª generación”. Se da por hecho que aquellos que se formaron con los que se formaron con Joseph Pilates realizan mejores formaciones.

Ausencia de prueba como prueba de ausencia

Si no puedes afirmar que algo no es cierto, se asume que sí lo es. Ejemplo.

“Joseph Pilates fue un niño enfermizo, trabajó en un circo, en un campo de concentración en la II Guerra Mundial, fue boxeador, gimasta, submarinista, entrenador de defensa personal de Scotland Yard…”. Y múltiples afirmaciones que se oyen, se dicen y son muy difíciles de probar. Pero si lo pones en cuestión te dicen: Demuestra que no es cierto.

Y otras muchas falacias que hasta que no te hacen consciente de ello no te das cuenta de que las usas continuamente, en la mayoría de las veces sin mala intención. Pero también te sirve a tí, para detectarlas y no dar cualquier argumento por válido. Porque las discusiones no se ganan, se tienen. Mejor ser elegante no solo en la postura, o la forma de vestir, también en la forma de conversar y discutir.

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