¿Cómo Preparar una Clase de Pilates Redonda?

Se puede hacer sin duda, pero los que damos clase a diario sabemos que encontrar la receta para conseguirlo es tan difícil como descubrir el secreto de la felicidad o cuál va a ser el próximo número de la lotería. Si fuera tan sencillo… Si bien tener una estructura o planificación en las clases aumenta tus posibilidades de éxito porque la improvisación deja demasiado margen al azar y una buena clase no sale de casualidad y mucho menos si estás comenzando. Además, en el momento en que empiezas a planificar ya estás visualizando como se desarrollará y anticipándote a las dificultades que te puedes encontrar.

Dedo pulgar levantado

Hay distintos factores en juego que queramos o no, determinarán el desarrollo de la clase:

  • La persona que recibe la clase: sus motivaciones, estado físico, anímico, experiencia en la actividad, objetivos…
  • Las condiciones en las que se desarrolla: el espacio del que dispones, el material, el número de alumnos…
  • Y la más determinante: Tú mismo/a. El profesor que la imparte: tu conocimiento, tu experiencia y tus recursos.

Preparar las clases ¿Para qué?

En una clase de Pilates todo debe girar en torno al alumno. El profesor debe ser simplemente una persona que estructura, guía y facilita el buen movimiento de sus alumnos. Puede haber raras excepciones en las que no, pero si impartes Pilates con un mínimo de garantías conocerás el número de alumnos que tendrás en cada clase, sus limitaciones y objetivos y en base a eso debes pensar cómo vas a utilizar el tiempo del que cuentas, el espacio y el material para desarrollarla.

De la misma manera que el centro de la clase siempre debe ser la persona que la recibe, la responsabilidad de que se desarrolle correctamente recae directamente sobre quién enseña. Aunque todos hemos visto algunos ejemplos de monitores que no tenían esto tan presente hasta el punto de convertirse, aunque sea temporalmente, en uno de estos personajes (¿Qué no has visto nunca a ninguno de ellos? Ya, ya. Ni yo 😉 )

Y se desenvolverá mejor o peor en esta tarea, contará con más o menos herramientas para cumplir con las expectativas de los alumnos en base a su formación y experiencia.

La pescadilla que se muerde la cola

Formación y experiencia son nuestra carta de presentación para trabajar en esto. Es cierto que para tener experiencia necesitas una oportunidad. Y para lograrla la llave puede ser una buena formación. Escucho a compañeros decir que las formaciones de Pilates son muy caras. Aunque los conceptos caro o barato pueden ser relativos, es cierto que una buena formación de Pilates supone hacer una inversión en tiempo y dinero… Bueno, eso o recurrir a la pseudoenseñanza.

Se da una circunstancia que creo que si llevas unos años en este mundillo habrás observado: no muchos compañeros con los que empezaste tu formación se siguen dedicando a esto. Algunos daban pocas clases a la semana y lo acabaron dejando. Otros nunca llegaron ni siquiera a ponerlo en práctica. Me temo que hay más instructores que posibilidades de dar clase. Aunque si estás trabajando te habrás dado cuenta de otro detalle: cada día aparecen ante ti más alumnos con distintas necesidades a los que les han recomendado hacer Pilates y a los que necesitas dar una respuesta adecuada. Es entonces cuando te das cuenta de que necesitas seguir formándote, aprendiendo… Por lo que parte de tu sueldo lo reinviertes en ese proceso necesario de formación continua.

Esto abre una brecha entre unos y otros que crea una especie de “selección natural”. El profesor de Pilates que puede dar más clases y realmente dedicarse a ello avanza también en su formación, mientras que el que no tiene la oportunidad de dar clase se descuelga. Ese conocimiento que no se refresca se va perdiendo. La idea de trabajar como instructor va quedando relegada y con ello la sensación de que esa decisión de formarte en Pilates no fue tan buena. Se crea un círculo en el que para poder trabajar necesitaría seguir formándome pero ¿Cómo voy a seguir formándome si el Pilates no me genera ingresos?

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Pues bien, se da una circunstancia hoy que los que empezaron a formarse en Pilates hace 15-20 años ni habrían soñado y es internet. La posibilidad de acceder a información, vídeos, artículos… Es cierto que los hay mejores y peores pero si tienes la formación y el conocimiento adecuado enseguida puedes distinguir el polvo de la paja y mientras aparece tu oportunidad (o la creas) te puede ayudar a ampliar conocimiento, seguir avanzando y no quedarte descolgado..

¿Qué características debe tener una clase de Pilates redonda?

Trabajes o no, siempre puedes planificar y estructurar clases, intercambiarlas con otros compañeros o incluso impartirlas a personas cercanas para evitar que tus conocimientos se oxiden. Además si las guardas, resulta curioso ver con el paso del tiempo las barbaridades lo que hacías años atrás. Posiblemente cuando planifiques tus clases, serán más completas si tienes en cuenta los siguientes puntos:

movimiento en pilates
  1. Movimiento de la columna en los distintos planos. Recuerda que no existen solo tres: transversal, sagital, frontal. Estos son sólo los primarios. Pero en el día a día realizamos movimiento utilizando multitud de combinaciones. Si quieres en tus clases funcionalidad, permite movimiento en planos combinados.
  1. Percepción de esfuerzo. No es mejor una clase por ser más dura pero si tus alumnos quisieran relajarse y desconectar sin más, en lugar de a Pilates habrían elegido ir a un spa o a que les dieran un masaje. Recuerda que los músculos del “homo sedentarius” necesitan de manera artificial los estímulos que de manera natural no están recibiendo y si en tus clases no sienten más intensidad que dando un paseo por la calle, pronto lo cambiarán por ello, que eso sí que es más barato y con la llegada del buen tiempo apetece.
  2. Relación adecuada entre ejercicios nuevos/ejercicios conocidos. Siempre deben predominar los ejercicios ya conocidos de manera que no estés más tiempo tú explicando que ellos ejecutando. Una relación 80/20 (de cada10 ejercicios que propongas, 8 conocidos aprox.) entre ejercicios conocidos/nuevos dará fluidez a la clase. Recuerda que tus alumnos necesitan la repetición para fijar patrones motores.
  3. Proporciona descansos mentales. Si exiges a tus alumnos concentración y que interioricen lo que está ocurriendo en su cuerpo permite descansos entre los ejercicios que requieran más atención. Y descanso no significa necesariamente dos minutos de charla. Basta con que alternes movimientos de ejecución más sencilla intercalados entre los más exigentes pero siempre en movimiento.
  4. Termina la clase de la misma manera que la comenzaste. Existen muchas maneras de comenzar tu clase de Pilates (aquí te propuse tres) pero algo que estoy realizando últimamente y que gusta mucho, es finalizar la clase prestando atención a los cambios que se han producido en relación al principio. Si hay diferencias en el movimiento, mayor facilidad o se ha mejorado el rango de movimiento, si las posibles restricciones percibidas al inicio han desaparecido…
  5. Debe existir más preguntas que respuestas. Muy relacionado con lo anterior. Proponer un ejercicio a tus alumnos y decirles antes lo que deben sentir, que músculo trabaja más, o cuál no lo debería estar haciendo… Produce por un lado que la clase sea unidireccional. No le estás dejando explorar y que tomen consciencia. Y por otro lado, mientras no les escuchas, estás dejando tu de aprender.
  6. Termina siempre con un tip, un detalle, un miniconsejo… No sé muy bien cómo denominarlo. Una apreciación anatómica o postural, alguna curiosidad en relación al método Pilates, el cuerpo o el movimiento para que se lleven a casa. De esa manera, la clase no termina cuando salen por la puerta sino que siguen tomando conciencia sobre su postura y el trabajo realizado en sus clases de Pilates continúa también fuera de ellas.

Y tú ¿Qué aspectos tendrías en cuenta para realizar una clase redonda de Pilates?

2 comentarios en «¿Cómo Preparar una Clase de Pilates Redonda?»

  1. Hola Manuel. Acabo de empezar a formarme como Instructura y no sabes la cantidad de información que encuentro por las RRSS. Me encanta el post: la evolución es fundamental, entiendo. Mi idea es, a no muy largo plazo ( de hecho, más bien corto) conseguir un grupete y empezar una nueva andadura profesional, pero siendo consciente de tener unas bases establecidas y capacidad de desarrollo. Actualmente utilizo a mi madre como conejillo de indias y aunque aún hay que aprender muy mucho, en 6 sesiones nota distintas diferencias y cambios y me sirve de aliciente para seguir formándome. Es apasionante el cuerpo humano…
    Te agradezco los tips (que por cierto, justo ayer le comenté que anotara qué cambios y sensaciones está teniendo en esta primera semana de práctica) y utilizaré tus consejos.

    Un saludo!!

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