¿Por qué Son tan Baratas las Clases de Pilates?

Todos hemos escuchado alguna vez lo sorprendentemente baratas que son las clases de Pilates. Especialmente cuando lo comparamos con otras actividades similares que se imparten en centros deportivos municipales o comparado con los grandes gimnasios… Ah ¿Que no es así? ¿Me dices que lo que se comenta es exactamente lo contrario? ¿Que tiene fama de caro? ¿Que es gimnasia para pijos? ¡Vaya! pues tengo tarea porque si piensas de esa manera, sólo cuento con este post para intentar explicarte por qué yo creo que no es así, que el Pilates es una actividad barata… (Eso sí, si lo consigo, me tienes que dejar tu comentario al final).

Salón de pilates

Hace poco mi amigo Pablo me decía esta frase: “el dinero del pobre va a la tienda dos veces“. Y me ha tocado vivirlo esta última semana. Aquí en Brisbane, e imagino que igual para el resto de Australia ( sí estoy por aquí, me he escapado unos meses) si vas en bici es obligatorio llevar casco y cuando anochece, a las 6, tienes que llevar al menos una luz delante y otra detrás para ser visto por los coches. Obligatorio, sin excepción y aquí no hay bromas con las multas. Pues yo, tras tantear precios y sin más objetivo que salvar la multa, fui al típico supermercado grande donde tienen de todo y cogí las luces “made in China” más baratas que encontré. Pues la delantera ya no funciona.

Valor vs Precio

Un artículo del “El economista doméstico” dice así: la tendencia a valorar las cosas por su precio y no por su valor nos induce a malgastar el dinero. Nos lleva a perder la capacidad de distinguir entre lo que es valioso y lo que no. Un producto rebajado al 50 % nos parecerá barato, aunque no nos valga para nada”

He hablado varias veces sobre mi opinión sobre los centros deportivos y el “modelo low cost“. Realmente considero que para el sector no es necesariamente algo malo ni bueno en sí mismo. Pero es importante que el cliente conozca lo que se le está ofreciendo.

Hace ya algún tiempo me estuve informando en un centro de este tipo. La tarifa era de aproximadamente la mitad que la de un centro deportivo asistido por profesionales. Tienes máquinas de cardio, musculación y peso libre. Desde el primer momento te hacen firmar una hoja en la que asumes tu responsabilidad en el uso de sus instalaciones y confirmas tener conocimientos suficientes para desarrollar tu entrenamiento. En resumen el valor que te aportan está en cederte sus instalaciones. A cambio, ofrecen un precio muy reducido.

En centros deportivos asistidos (como podría ser un estudio de Pilates) haces uso igualmente de instalaciones y equipamiento pero el principal valor que lo distingue es el profesional. Que planifica objetivos, dirige, asiste, te ayuda en su desarrollo y periódicamente evalúa si la línea de trabajo es la adecuada. Posee una formación específica cualificada y se recicla de manera continua (o debería ser así). Además de tener una responsabilidad compartida sobre la condición física y la salud del alumno y responde legalmente ante él o ella.

El inconveniente en este caso es que los profesional de la actividad física, tenemos la mala costumbre de querer cobrar a fin de mes y eso encarece el precio que el cliente paga. Tendrían que ser ellos y no yo quienes decidan si el valor añadido de ese profesional les compensa el incremento de precio.

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¿Cuándo una clase de Pilates es cara?

Independientemente de si hablamos de precio o valor la percepción caro-barato sobre una actividad como el Pilates es totalmente subjetiva pero se me ocurren tres circunstancias por las que el Pilates puede resultar caro.

  1. Cuando no encaja en el presupuesto personal. Esto es de cajón. Cuando no se llega no se llega. Ya nos habló Maslow con su pirámide de que existen necesidades primarias que deben ser cubiertas para plantearnos otras superiores. Yo hace unos años tuve la posibilidad de realizar un voluntariado en un proyecto educativo en una región del interior de Honduras. A la vuelta hubo quien me preguntó si había tenido la posibilidad de hacer algo relacionado con el Pilates allí. Con el tipo de necesidades existentes, una actividad de este tipo, directamente no tenía sentido, estaba fuera de contexto. Las necesidades son otras. Su valor allí es mínimo.
  2. Cuando no es algo en lo que tú priorices. Hay gente para la que tener un coche nuevo, a punto, limpito y en el garaje es incuestionable. Yo tengo uno (que realmente no es ni mío) con el que algunos no se creían que pudiera hacer casi cada mes el trayecto Oviedo-Madrid y vuelta. Hay personas que llevan un estilo de vida en el que la prioridad no es hacer ejercicio, otras sí lo hacen pero satisfacen esa necesidad con otra práctica deportiva que les resulta igualmente beneficiosa. Lo realmente importante es realizar una actividad que te llene, con la que disfrutes y que te haga sentir bien sin importar cómo se llame. Para ellos el Pilates no tiene más valor que “su actividad” y es muy respetable.
  3. Cuando no se cumplen las expectativas. En este caso es porque no se está dando en la tecla y el valor que se obtiene no es el deseado.
  • Porque no se consiguen los resultados esperados.
  • Porque la actividad no es lo que creías, no te divierte, no te gusta, no te sientes cómodo.
  • Porque el funcionamiento, el lugar o la persona que lo imparte no te satisfacen.

El valor sobre el precio

Podría enumerar una vez más los múltiples beneficios del Pilates y posiblemente eso ya sería suficiente para justificar su valor pero voy a intentar ir un poco más allá.

Yo también he pasado por sitios donde se peleaba por el precio y a día de hoy tengo la suerte de formar parte de un equipo dónde me han enseñado que el reto está en llenar de valor cada euro de confianza que depositan en ti. Cada uno establece su estrategia y se adapta como puede a las circunstancias pero la distancia entre una apuesta y otra establece una clara diferencia de calidad. Y los alumnos lo notan.

Y no es algo aislado. Hay más compañeros que llevan tiempo y continúan haciendo su apuesta por aportar valor en el Pilates desde años atrás. Y no sólo a sus alumnos, también a los que no los somos, desde sus blogs.

Aunque precio y valor no tienen que ir necesariamente de la mano. Cualquiera sabe que una parrillada de marisco por 15 euros o unas luces para la bici por 7, cuanto menos, deben levantar sospechas. En mi caso ya estoy buscando otras luces mejores. Posiblemente sean más caras. Quizá las que debía haber comprado de primeras si hubiera hecho caso a mi amigo Pablo.

Algo que me gusta escuchar de los alumnos que empiezan, incluso de algunos que ya habían recibido clase previamente, es cuando comentan que las clases son diferentes a cualquier actividad realizada antes. Distínguete, sorprende, supera las expectativas de tus alumnos. Si de verdad ofreces Pilates como una actividad diferente,que sea evidente esa diferencia. Ofrece nuevas oportunidades de movimiento, aporta soluciones, ejercicios diferentes y obtendrás resultados diferentes. Tus alumnos lo percibirán así y no tendrás que entrar en la batalla de precios. Entonces cada día les merecerá la pena invertir su dinero en una hora contigo a pesar de los tiempos que corren.

¿Entiendes ahora por qué son baratas las clases de Pilates?

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