¿Alguna vez te ha pasado que un alumno te ha pedido si le puedes mandar algunos ejercicios para realizar en casa? ¿Me podrías decir qué porcentaje de éxito has tenido? Porque sinceramente mis resultados no son en absoluto para presumir.
Alguna vez he pensado en escribir un post entero tratando de explicar las razones por las que esta fórmula de: “te dibujo los ejercicios, te los explico, los ejecutas, corregimos y los vas haciendo en casa y me vas contando” rara vez funciona. Pues bien, este post no va a tratar sobre este tema porque creo que ya sé cuál es la razón. Posiblemente estaba siendo demasiado pretencioso: “¿Ah, que quieres hacer ejercicio por tu cuenta?” Pues puedes hacer todos éstos, tres veces por semana, tantas repeticiones, no se cuántas series…”

Posiblemente a tí como a mí también te parezca que 8-10 ejercicios a diario no es tanto. Incluso estoy seguro de que funcionaría con personas que tienen el hábito creado, son disciplinadas y para ellos hacer ejercicio de manera habitual es casi una necesidad. Pero coincidirás conmigo en que éste no es el perfil mayoritario entre los alumnos que asisten a tus clases.
Propón una tarea tan sencilla que no puedan no intentarlo
Esta semana me ha vuelto a pasar. Aquí en Australia el verano está tocando las puertas. Las Navidades se acercan, el curso escolar termina y muchas de las personas que asisten a Pilates se cogen unas semanas de vacaciones. Digamos que aquí diciembre y enero son el julio y agosto de España. Pues bien, una alumna cuyo perfil no es exactamente el de persona esforzada y constante me decía que le daba mucha rabia dejar de venir dos meses porque se estaba encontrando realmente bien gracias a la rutina de ejercicio dos veces por semana que estaba llevando los últimos meses viniendo a clase de Pilates. Me dijo; “La verdad es que desde que vengo a Pilates una de las cosas que noto es que mi abdomen está mucho más fuerte y me da pena que el trabajo realizado se pierda. Te pediría que me dieras algunos ejercicios para hacer en casa, pero me temo que no los voy a hacer”.
De pronto se me vino a la cabeza una frase de un artículo que había leído titulado “22 ideas para ser un superprofesional” te recomiendo leerlo porque algunas de ellas son inspiradoras. Además, recuerdo haber intercambiado algún tuit con el autor, Alfonso Alcántara, porque casualmente es (o al menos era) practicante de Pilates. Pues una de ellas la número 8, a pesar de referirse a un contexto diferente decía: “Elige una tarea o un objetivo tan pequeño que no puedas no intentarlo“. Y pensé: claro que te voy a mandar “tarea” para que hagas en casa. Pero no varios ejercicios. Te voy a mandar sólo uno ¿Cuánto tiempo dices que ibas a estar fuera?
El reto de las 8 semanas
Comparto contigo este reto por si te quisieras unir o tal vez se lo quisieras proponer a tus alumnos o a otras personas de tu entorno a los que has oido decir en muchas ocasiones que quieren empezar a hacer Pilates pero nunca se terminan de decidir porque siempre encuentren una buena excusa para escudarse. Cómo sabes, lo de: “el 1 de enero empiezo” nunca funcionó. Las cosas se empiezan hoy. Además es sólo un ejercicio ¿Cómo no vas a ser capaz de hacerlo?

¿Por qué he elegido este ejercicio? La alumna estaba interesada en focalizar el trabajo en el abdomen pero además había que considerar cuál sería el más indicado para ella. Me decanté por éste por tres razones:
- Porque es un ejercicio muy completo. Permite trabajar el abdomen de manera global (recto abdominal, oblícuos y transverso) a la vez que permite movilizar la columna dorsal en flexión y rotación.
- Porque es rápido. De inicio apenas te llevará 2-3 minutos llevarlo a cabo.
- Porque es bastante seguro y sencillo de ejecutar. Es una posición en la que el peso de la cabeza siempre descansa sobre la mano por lo que junto al ritmo pausado facilitará que no exista tensión cervical o lumbar.
Sólo tienes que comenzar realizando una serie tal cual se muestra en el vídeo. Al ritmo que indico, sin prisa, tratando de acompañar el movimiento con tu respiración. Utiliza la exhalación profunda y verás como además de un rango de movimiento mayor sientes una activación abdominal más profunda.
Consta de tres movimientos diferentes. Sólo tres. Que deben ser desarrollados en dos posiciones de brazos diferentes tres veces por semana. Estos tres movimientos completarían una serie. Una vez finalizada con éxito la primera semana, en la segunda tendrías que realizar una serie más. Es decir, repetir dos veces el ejercicio. Y así iremos incrementando una serie por semana hasta llegar a la octava que estarás realizando nueve.
Presta atención al ritmo que te marco y a la respiración si quieres sacar verdadero partido al ejercicio.
¿Aceptas el reto?
Ya te decía la semana pasada que lo de “empiezo en enero” nunca da resultado. Funciona el ¡Empiezo ya! Te voy a dejar un cuadro donde tienes indicado el trabajo por semanas y el número de repeticiones que debes realizar cada una de ellas.
Sólo tienes que imprimirlo pegarlo en la nevera o en cualquier lugar que tengas a la vista e ir tachando cada uno de los días que realices el ejercicio. Y si un día se te olvida, no hay problema, puedes hacerlo el siguiente. Sólo tienes que haberlo completado tres veces a lo largo de la semana.
Cada persona tiene sus motivaciones y todas son respetables. Si para mi alumna tener un abdomen tonificado es una motivación para seguir haciendo ejercicio, yo debo ser un facilitador que le ayude en ese objetivo. Ese es SU objetivo. Porque el verdadero reto para mí (MI objetivo) es que progrese de manera gradual hacia una rutina de ejercicio de manera autónoma e independiente. Habremos creado una inercia que haga que la actividad física forme parte de su rutina y vuelva a mis clases con ganas de seguir progresando y mejorando, en busca de nuevos retos que pueda conseguir también por ella misma.