Barefoot Running: por qué correr descalzo tiene mucho sentido

Si lees habitualmente este blog conocerás que mi deformación profesional hace que me lleve a mi terreno, el Pilates, distintas cuestiones, tratando de dar respuesta a diferentes situaciones que aparecen en el día a día o en la práctica deportiva: desde tu postura frente al ordenador, la conveniencia acerca de estirar o no estirar, los multífidos lumbares… etc.

Aunque más que defender el Pilates como un fin en sí mismo, lo entiendo como un medio. Una herramienta para mejorar y equilibrar tu cuerpo a través del movimiento consciente, el movimiento libre. Que poco a poco y en la medida en que aumentas sus posibilidades se va convirtiendo en movimiento natural. El que nos saca del comportamiento estereotipado que hace que nos movamos como robots oxidados más que como animales en libertad, que una vez fuimos.

Si bien, también conocerás que el running es una de las actividades que con más continuidad vengo practicando lo que hizo que escuchar hablar sobre barefoot running fue juntar el hambre con las ganas de comer.

corriendo descalzo

Primeras noticias sobre el fenómeno barefoot

Lo primero que conocí sobre barefoot running se produjo hace un par de años a raíz de un libro que por casualidad cayó en mis manos. Pero no, no es Nacidos para Correr (ese llegaría más tarde). Es un libro de Guillermo Fesser (sí, uno de los Gomaespuma) titulado “A cien millas de Manhattan” donde cuenta varias historias sobre su vida en una localidad que pese a la proximidad a la “gran manzana” fluye a otro ritmo, con personajes muy peculiares con dedicaciones tan diversas como interesantes.

Uno de los capítulos está dedicado a John Raucci. Este ex-atleta y entrenador de atletismo estaba realmente preocupado por las constantes lesiones que sus 3 hijos padecían. Lesiones que él no había sufrido a pesar de haber realizado unos entrenamientos muy parecidos en volumen e intensidad. Su sospecha era que las modernas zapatillas que sus hijos llevaban podían ser la causa. Esos sofisticados sistemas de amortiguación era la principal diferencia en relación al calzado sencillo de suela plana y fina habitual en su época. Entonces pensó en incluir sesiones sin calzado en su entrenamiento semanal. Y supuso todo un cambio. Las lesiones dejaron paso a mejores marcas en la medida en que sus pies fueron recuperando sus propiedades innatas y su cuerpo fue adaptándose a una manera diferente de correr. Más natural, más fluida.

Un tiempo después mi amigo Javi, me contó que, durante la prueba de la Maratón de Madrid 2012, le llamó la atención descubrir junto a él a un corredor sin zapatillas. La sorpresa más que la ausencia de calzado era verle rodar sobre el asfalto sin mayor sensación de esfuerzo o incomodidad de la que él podía sufrir en el km 20 de la prueba. No tenía pinta de ser una penitencia ni nada parecido. No pudo evitar preguntarle y empezaron a hablar y juntos completaron los 42,195 m (y todavía hay quien piensa que en estas pruebas la mayoría de los corredores compite). Resulta que era Nano Piesnegros, ultramaratoniano y uno de los pioneros en el movimiento barefoot a nivel nacional.

A raíz de esto empecé a leer y profundizar en el tema a la vez que preparaba mis primeros maratones, donde a pesar de correr con zapatillas convencionales el trabajo de movilidad y fortalecimiento de los pies empezaba a cobrar importancia.

Mi cruz con las lesiones ¿Culpa del calzado?

El “ponte las zapatillas” para estar en casa era una cantinela que desde niño, como a ti, me tocó escuchar. No sé la razón pero cuando me daba cuenta las tenía quitadas y nunca sabía muy bien dónde las había dejado. Siempre jugué al baloncesto y los esguinces de tobillo fueron una constante. Las botas altas de baloncesto atadas hasta arriba no impedían que en cuanto pisaba a alguien en la cancha mi tobillo se doblara y siempre era el ligamento lateral externo de alguno de mis tobillo al que le tocaba la peor parte.

Pie hinchado y morado, 3 días sin apoyar un par de semanas sin jugar y vuelta a la pista esta vez con las botas todavía más apretadas (llegaba al punto que se me dormían los dedos de los pies). Cuando las zapatillas no me daban suficiente sujección empecé con tobilleras rígidas, al final me enseñaron a vendármelos con tape. Al fin y al cabo era lo que veía que hacían los jugadores profesionales. Esto hacía que ya no me lesionara en la pista, me lesionaba caminado por la calle al bajar un bordillo (literalmente).

Había escuchado hablar algo de que tenía que hacer trabajo de propiocepción, incluso que era bueno que corriera por terrenos irregulares con zapatillas bajas pero para mí en ese momento era como si a alguien que tiene miedo al agua le dices que hacer surf le iría bien.

En definitiva cuanto más trataba de proteger mis tobillos más los estaba debilitando. Pero de una cosa si me di cuenta. Nunca me había torcido un tobillo caminando descalzo por casa.

Por qué considero correr descalzo una buena opción

De la misma manera que una persona igualmente puede coger un pájaro entre sus dedos sin que se escape y a la vez sin dañarlo y, por otro lado, realizar un agarre tan fuerte que le permitiría trepar por una cuerda, adaptando la intensidad de la activación muscular y realizando desde su cerebro los ajustes necesarios para que ambas acciones puedan ser realizadas sin pensar en ello, lo mismo ocurre con nuestra pisada ¿Saltarías igual sobre una cama elástica que sobre una superficie de asfalto? No sólo son tus pies, todo tu cuerpo tiene que adaptarse a ese movimiento, organizándose para que puedas realizar ese salto de manera eficiente y controlada. Lo mismo ocurre a la persona que trepa por la cuerda no es sólo su mano la que realiza la acción, todo su cuerpo debe organizarse para hacerlo posible. Es técnica y hay que aprenderla y ponerla en práctica.

Yo estoy en ello. En lo que llaman fase de transición. Y no, todavía no he corrido descalzo más allá de por la playa. Pero sí utilizando el mínimo calzado que he encontrado. Medio en broma suelo decir que lo que más me gusta de mi trabajo como instructor de pilates es que puedo pasarme al menos 8 horas al día descalzo. En invierno algunos días los pies se enfrían y eso hizo que optara por comprarme una vibram fivefingers. El aislante justo para no sentir el frío y a la vez la posibilidad de que cada uno de tus dedos tenga su espacio y pueda moverse con libertad. No es habitual que el calzado te lo permita.

.

Ya he empezado a trotar con ellas y como dicen es volver a aprender a correr. Tras finalizar la maratón de Madrid me gusta darme un descanso coincidiendo con la llegada del buen tiempo en los que el agua me llama. Aunque mis 2-3 horitas de running semanales me las pide el cuerpo. Por eso pensado que es un buen momento para probar, tomar sensaciones. Los 15 minutos actuales con calzado minimalista irán aumentando progresivamente, sin prisas.

Una de mis estrategias en las carreras, en esos momentos críticos que siempre llegan, en los que necesitas desviar tu atención para centrarte en algo mejor que en tu ritmo lento, las pulsaciones demasiado elevadas, o el aviso de tu gemelo con acalambrarse, siempre ha sido fijarme en los pies de los runners que tengo por delante. Formas de pisar muy diferentes unas de otras y en muchos casos tan lejanas de la alineación que sólo ver el desgaste de su zapatilla siempre me ha hecho asombrarme por la capacidad del cuerpo humano para realizar los ajustes necesarios en el resto de estructuras para compensar esa acción del pie. Permitiendo que podamos completar 10, 20, 40 kms…

Y me sorprendía especialmente porque todo el mundo sabe que si en algo no escatima el runner es en calzado. Cualquier tienda un poco especializada te realiza un estudio de la pisada y te recomienda la zapatilla que compensa tu “defecto” al apoyar en caso de ser hiperpronador o tener exceso de supinación pero entonces ¿Por qué ese calzado no corrige la desalineación?

Todavía recuerdo hace unos años cuando mi madre decidió regalarme unas zapatillas para correr. Ya sabes como son las madres, las mejores que hubiera. Le empezaron a marear que si era para supinador, pronador… ya sabes. En resumen que estuve un año corriendo con unas zapatillas para pronador que me hacían unas rozaduras tremendas en la parte interna del pie pero con la pasta que se había gastado mi madre ¿Cómo no iba a usarlas? Ya me saldría callo.

Calzado minimalista

Quien se queda en la superficie de esta historia afirma que detrás del “fenómeno barefoot” no hay más que un afán por cambiar el concepto de lo que debería ser una zapatilla deportiva. Ya nos han vendido todo lo habido y por haber relacionado con alta tecnología aplicada al calzado en forma de: control de pronación, distintos sistemas de amortiguación… Y está claro que las marcas no se están quedando al margen de lo que está siendo una revolución en el mundo del running.

Una revolución que comienza con la acusación directa de que el calzado deportivo y sus sistemas de amortiguación son el origen de la mayor parte de lesiones del corredor de fondo. Un sistema que atrofia nuestros pies y su capacidad de adaptarse al terreno y enviar a nuestro sistema nervioso la información necesaria para organizar nuestro cuerpo en el espacio, distribuir las cargas y moverse de manera precisa.

Pasar la mayor parte del día con un calzado rígido que restringe el movimiento e impide que percibamos el terreno que pisamos es como si lleváramos un collarín puesto durante todo el día y sólo nos lo quitáramos para dormir. Todos sabemos porqué los profesionales de la salud limitan cada vez más los períodos de reposo por sus efectos negativos ¿Por qué querríamos restringir el movimiento de los pies?

Si bien, parece que la tendencia especialmente en el running, será de calzado cada vez más sencillo, ya que las grandes marcas se están subiendo al carro de esta corriente barefoot ofreciendo su calzado minimalista. Y cuando digo que se han subido al carro, es que en este caso el orden es invertido. No son las marcas las que impusieron el modelo, como suele ocurrir sino que están ajustando su producto a lo que parece que en los últimos años los runners quieren. Dejan a un lado la tecnología que nos decían aplicar al calzado y nos ofrecen zapatillas tan simples que te harán sentir los beneficios de ir descalzo al precio que antes tenía la “alta tecnología”. Entonces que nos están cobrando ¿Los colorines? Porque si correr descalzo es tan beneficioso ¿Por qué íbamos a comprar sus zapatillas?

10 Razones para practicar Barefoot Running

Aquí te doy 10 razones por las que te recomendaría probarla.

  1. Porque es recuperar un movimiento natural. El músculo que no se utiliza se atrofia, el movimiento que no realizas se pierde y las capacidades que dejamos de entrenar nos abandonan. Cuanto más móvil sea tu cuerpo, mayor equilibrio muscular tendrás. Mayor movilidad en tus pies reduce la aparición de lesiones.
  2. Porque volverás a encontarás diversión al correr. Al menos en la fase en la que yo me encuentro (período de transición) ya que, tengo una sensación a veces parecida a cruzar un río de piedra en piedra con precisión y control y no símplemente estar dando un paso tras otro sin más. Cada apoyo es distinto y requiere mi atención y eso, lo hace más entretenido.
  3. Porque te ayuda a encontrar sensaciones olvidadas. Sentir el suelo, transmite mucha información. La rugosidad del asfalto, el relieve de una baldosa, o el calor del firme en un día soleado, son detalles que con tus zapatillas tradicionales, te pierdes.
  4. Porque en tu equilibrio y estabilidad tus pies tienen un papel clave. Cuanto mayor información reciban más alineada será tu posición. Y esa mejora en tu postura se aplicará a tu día a día. Todos hemos visto en ocasiones a corredores con su espalda encorvada, flexionada hacia adelante… Una correcta técnica barefoot corrige este desequilibrio postural.
  5. Porque te exige utilizar la energía justa. A economizarla y gestionarla de manera diferente. Buscarás apoyos más económicos porque así reducirás el impacto. A medio plazo: tus rodillas caderas y región lumbar lo agradecerán.
  6. Porque incluso Kilian defiende la importancia de correr con lo mínimo. Y este chico de correr, sabe.
  7. Porque vivimos en la era low cost ¿Qué ejercicio puede ser de menor coste que correr descalzo?
  8. Porque en otros deportes donde la propulsión y la recepción son clave nunca colocarían 3 centímetros de distancia entre el suelo y la planta del pie.
  9. Porque desarrollas un sexto sentido. Cada paso es importante porque puede traer consecuencias. No saltas sobre un colchón por lo que dónde coloques tu pie es relevante. Tu atención estará en el propio acto de correr, más allá de ritmos y pulsaciones.
  10. Porque correr vuelve a ser un fin en sí mismo. Estamos acostumbrados a escuchar lo de “corro para evadirme”. Lo cual es una pena. Y puede ser necesario desconectar de vez en cuando pero yo prefiero: leer un libro para aprender, ver una película para emocionarme o viajar para sorprenderme ¡Corre para disfrutar corriendo!

Está claro que nos encontramos en medio de un cambio de paradigma. Las funciones del calzado quizá no deberían ir más alla de aislar nuestros pies del frío y protegerlos en determinadas circunstancias. Como ocurre cuando cubrimos nuestras manos o nuestra cabeza en circunstancias concretas.

Aunque seamos prácticos. Si vas a trabajar con traje y corbata tal vez no tenga mucho sentido que vayas descalzo. Todavía eso no es “cool”. Pero no dudes de que habrá momentos en tu día a día en los que te puedes permitir estar descalzo, sentir tus pies, permitir que recuperen su movimiento e incluso correr.

Joseph Pilates decía que “una persona es tan joven como lo sea su columna vertebral”. El movimiento es vida y la vida es movimiento. La columna es la viga maestra del edificio, si bien todos sabemos que la solidez de una estructura está en su base. No descuides tus apoyos.

Estas son mis 10 razones pero hay muchas más y los que realmente tenéis experiencia en ésto compartiréis algunas y tendréis otras. Tú opinión hará esta entrada más completa.

Deja un comentario

Responsable: Why not Pilates.
Finalidad: moderar y responder a los comentarios.
Legitimación: tu consentimiento.
Derechos: tendrás derecho, entre otros, a acceder, rectificar, limitar y suprimir los datos.
Información adicional: en la política de privacidad encontrarás información adicional acerca de la recopilación de datos.

seis + diez =